Los últimos días: atención a la agonía (continuación)....
Establecer
una serie de atenciones o cuidados generales que incluirá instrucciones de cómo
atender al paciente encamado haciendo hincapié en los cambios postulares, cómo
cambiar la ropa de la cama, cuidados de la boca y de la piel, protecciones de
úlceras, etc. Es de gran interés conocer la posición más confortable para el
enfermo (decúbito lateral con piernas flexionadas), ya que disminuye la
respiración estertorosa y facilita los cuidados de la piel y la aplicación en
su caso de medicación por vía rectal, y los cuidados de la incontinencia
vesical, teniendo en cuenta que en enfermos débiles pero conscientes puede
provocar angustia por su significado, tolerando mejor el sondaje. No es
necesario un tratamiento específico de la fiebre si no crea problemas.
Reforzaremos el hecho de que la falta de
ingesta es una consecuencia y no una causa de la situación, así como que con
unos cuidados de boca adecuados no hay sensación de sed y que con la aplicación
de medidas más agresivas (sonda nasogástrica, sueros) no mejorará la situación.
Instrucciones
concretas (fármacos a administrar, consulta telefónica, etc.) por si entra en
coma, tiene vómitos o hemorragia, etc. La aparición de estos problemas puede
provocar fácilmente una crisis de claudicación emocional de la familia que
acabará con el enfermo agónico en un servicio de urgencias.
Adecuación
del tratamiento farmacológico, prescindiendo de aquellos fármacos que no tengan
una utilidad inmediata en esta situación (antiinflamatorios, corticoides etc.)
y adecuando la vía de administración que seguirá siendo oral mientras sea
posible, disponiendo de vías alternativas de fácil uso como la subcutánea
(morfina, haloperidol, escopolamina) o rectal (morfina, diazepam, ciorpromacina).
En este sentido, en la mayoría de casos se utiliza la vía oral hasta pocos días
u horas antes de la muerte y conviene no prescindir del uso de narcóticos
potentes aunque entre en coma.
Para
tratar la "respiración estertorosa" disponemos de escopolamina
(hioscina) por vía subcutánea, que resulta de gran valor. El tratamiento de la
respiración estertorosa es de utilidad fundamentalmente para disminuir la
ansiedad de la familia. Ante crisis de agitación o confusión, además de una
presencia reconfortante, podemos administrar haloperidol (oral o subcutáneo) o
diazepam (oral, sublingual o subcutáneo) o ciorpromacina (oral).
No debemos olvidar que el enfermo, aunque obnubilado, somnoliento o desorientado también tiene percepciones, por lo que hemos de hablar con él y preguntarle sobre su confort o problemas (¿descansa bien?, ¿tiene alguna duda?, ¿qué cosas le preocupan?) y cuidar mucho la comunicación no verbal (tacto) dando instrucciones a la familia en este sentido. Se debe instruir a la familia para que eviten comentarios inapropiados en presencia del paciente.
Es aconsejable volver al domicilio al cabo de unos días para saludar y contactar con la familia y coordinar la atención del duelo familiar.
Es aconsejable volver al domicilio al cabo de unos días para saludar y contactar con la familia y coordinar la atención del duelo familiar.
Interesarse
por las necesidades espirituales del enfermo y su familia por si podemos
facilitarlas (contactar con el sacerdote, etc.).
No siempre es posible
estar presente en el momento de la muerte, por lo que hemos de dar consejos
prácticos sobre cómo reconocer que ha muerto, cómo contactar con la funeraria,
traslados y costes, etc. Es conveniente que estos trámites queden claros con
antelación, y no posponerlos para el doloroso momento de la muerte.
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