El familiar
cuidador de pacientes con SIDA y
la toma de decisiones en salud
El SIDA es una enfermedad crónica que
somete a la persona enferma y a su grupo familiar a un constante
cuestionamiento que implica tomar decisiones, desde el tratamiento médico en sí
de las personas, hasta decisiones en relación a los ámbitos social, espiritual
y de estilos de vida. Aunque toda la familia se ve afectada por esta
enfermedad, en la mayoría de los casos, sólo un individuo asume el cuidado,
esta persona generalmente es un integrante de la familia, quien asume el rol
como cuidador y a su vez necesita adaptarse al estrés de las demandas del
cuidado.
Dentro del grupo familiar, según la evidencia, los
cónyuges son la primera fuente de cuidados para las personas que se encuentran
casadas, y los hijos la segunda; sin embargo, se reconoce que las hijas y las
madres son las que ocupan el primer lugar como "cuidadores primarios"
y los hijos y los padres el segundo lugar.
El cuidado de una persona VIH/SIDA se mantiene en el tiempo, usualmente
con muchos episodios agudos de exacerbación de su condición crónica, por lo que
es una tarea difícil. De hecho los familiares cuidadores deben ejercer su labor
las 24 horas del día, lo que crea una alta carga de trabajo tanto físico como
psicológico. Anderson et al y Mackenzie y Holroyd identifican
una lista de necesidades referidas por los cuidadores en relación a su labor de
cuidar, donde lo más importante es la necesidad de hacer una pausa en el
cuidado, debido al agobio que sienten por estar dispuestos para ayudar en forma
permanente.
Otra de las necesidades percibidas por
los cuidadores está relacionada con la ayuda financiera para cubrir los costos
de la enfermedad, información sobre formas de promocionar y rehabilitar la
salud emocional, psicológica y física, información acerca de los recursos de
ayuda comunitaria, y reconocimiento de la importancia del trabajo que hacen
como cuidadores.
Para ejercer el cuidado, la persona
debe tomar una serie de decisiones en beneficio del paciente, desde decisiones
asociadas a la rutina diaria hasta otras que pueden tener importantes
consecuencias para él. El proceso de toma de decisión es el proceso de elegir
entre diferentes alternativas de acción, incluyendo el no hacer nada; tomar la
decisión es parte clave para el cambio de conductas.
Muchas de las decisiones relacionadas
con la salud tienen alternativas que probablemente producen a la vez resultados
deseados y otros no deseados. Esta situación es conocida como el dilema de las
opciones o conflicto decisional (CD). El CD se caracteriza por
la dificultad para identificar la mejor alternativa u opción posible debido al
riesgo o incertidumbre de los resultados, la necesidad de emitir un juicio de
valor sobre las ganancias potenciales versus las potenciales
pérdidas, y por el arrepentimiento anticipado respecto a los aspectos positivos
de las opciones que fueron rechazadas. Es decir, con la elección de una
alternativa específica sólo se puede obtener una parte de los resultados
deseados, por consiguiente, la alternativa que se escoge, no satisface
necesariamente todos los objetivos, como tampoco está exenta de riesgos y de
resultados no deseados.
O'Connor define la decisión óptima
como aquella decisión informada, que está acorde con los valores personales y
en la que el individuo que la adopta expresa satisfacción por ésta. Basándose
en esto plantea la siguiente hipótesis "las intervenciones de apoyo a la
toma de decisión pueden ayudar a tomar decisiones a la persona que está dudosa,
y aumentar la probabilidad que las decisiones se basen en un conocimiento
adecuado, con expectativas realistas y acordes a los valores personales."
Conocer los CDs de los familiares que
se ven enfrentados a cuidar a personas que viven con SIDA, ayuda a los
profesionales de la salud a entregar la información y el apoyo adecuado
para que su labor como cuidadores sea eficiente y en una relación personal
beneficiosa para ambos.
continuara....
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